La habitación, el cuarto o también llamada recamara, es el sitio del hogar que muchos consideran el más intimo y cercano para encontrarse consigo mismo. Por ser un sitio reservado para lo cercano a la espiritualidad, descanso concentración, se tiene la costumbre de hablar consigo mismo, planificar actividades, trazarse planes, entre otras cosas.
De esta forma se establece un enlace muy personal en el aura que rodea a la persona haciéndolas mas perceptibles a lo que ocurre a su alrededor. Tal es el caso de muchas historias que relatan el hecho de sentirse acompañado cuando la amenaza del miedo esta presente, esto normalmente se percibe cuando se habla de historias de terror, comentarios tenebrosos o simplemente sensación de soledad.
El hombre del armario, aquel que suele hacer ruidos cuando el closet esta cerrado y que no permite el normal sueño, el famoso duende o ser extraño que habita debajo de la cama en días cercanos al Halloween, que acostumbra halar sabanas de quien duerme o rasgar el colchón de quien inocentemente está sobre el, son algunos de los relatos más frecuentes.
Historias como estas han trascendido de generación en generación y por todo el mundo, creándose películas, series y relatos fantásticos que muchos siguen para estar “atentos” ante esta amenaza nocturna que a mas de uno ha afectado, quizás en sueños o en estados oníricos.
Una propuesta de invitación al terror y a lo inexplicable es el de mirarse al espejo fijamente en una noche oscura de muy poca luz, donde apenas pueda verse el rostro. Al colocar la mirada fija sobre su misma visión, relatan que comenzarán a parecer figuras, elementos y presencias extrañas que resultan de los malos actos, las envidias y malos sentimientos que tienen los seres humanos, y que adentrarse más de cinco minutos en esta práctica, los resultados son bastantes aterradores, pues el miedo y espanto es personal, por ser individual dicha prueba. Hechos como éste suponen atención de propios y escépticos, que en definitiva hacen de lo sobrenatural un mundo lleno de suspenso.
De esta forma se establece un enlace muy personal en el aura que rodea a la persona haciéndolas mas perceptibles a lo que ocurre a su alrededor. Tal es el caso de muchas historias que relatan el hecho de sentirse acompañado cuando la amenaza del miedo esta presente, esto normalmente se percibe cuando se habla de historias de terror, comentarios tenebrosos o simplemente sensación de soledad.
El hombre del armario, aquel que suele hacer ruidos cuando el closet esta cerrado y que no permite el normal sueño, el famoso duende o ser extraño que habita debajo de la cama en días cercanos al Halloween, que acostumbra halar sabanas de quien duerme o rasgar el colchón de quien inocentemente está sobre el, son algunos de los relatos más frecuentes.
Historias como estas han trascendido de generación en generación y por todo el mundo, creándose películas, series y relatos fantásticos que muchos siguen para estar “atentos” ante esta amenaza nocturna que a mas de uno ha afectado, quizás en sueños o en estados oníricos.
Una propuesta de invitación al terror y a lo inexplicable es el de mirarse al espejo fijamente en una noche oscura de muy poca luz, donde apenas pueda verse el rostro. Al colocar la mirada fija sobre su misma visión, relatan que comenzarán a parecer figuras, elementos y presencias extrañas que resultan de los malos actos, las envidias y malos sentimientos que tienen los seres humanos, y que adentrarse más de cinco minutos en esta práctica, los resultados son bastantes aterradores, pues el miedo y espanto es personal, por ser individual dicha prueba. Hechos como éste suponen atención de propios y escépticos, que en definitiva hacen de lo sobrenatural un mundo lleno de suspenso.
